Xenia Ruiker

Autodidacta con más aficiones que calcetines (y no porque a menudo se me caigan del tendedero) y defensora a muerte del acento diacrítico de "sólo". Me apasiona probar de todo sin prejuicios y luego arrugar la nariz o deshacerme en halagos, según toque. Amante del arte en todas sus formas, a menudo con un libro en la mano o delante de una pantalla. Mi lealtad sÓlo se compra con media tonelada de Nutella.
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