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[REVIEW] SHADOW OF THE TOMB RAIDER

Se supone que un artículo de un videojuego con un personaje icónico que tiene más de diez juegos a sus espaldas debería comenzar con un obligatorio backstory. Ya sabéis, lo típico de decir «Tomb Raider apareció en el mundo en 1996 de la mano de Eidos Interactive y bla bla bla». Pero, ¿sabéis cuál es el problema de eso?

Que el 99% de los que habéis entrado en este artículo ya sabéis esto y os vais a saltar el párrafo en el que lo expliquemos.

Así que… ¿qué tal si nos ahorramos el relleno periodístico y hablamos directamente de su último estreno, Shadow of the Tomb Raider? Mucho mejor, ¿no?

Con Shadow of the Tomb Raider, desarrollado por Eidos Montréal, cerramos la trilogía del reboot que comenzó en 2013 y consiguió demostrar a un público bastante escéptico que Lara Croft aún podía dar más de sí. Al igual que sucedió con Spiderman Homecoming (2017) en la gran pantalla, Tomb Raider (2013) le dio un golpe de aire fresco al título, reinventando así a la icónica saqueadora de tumbas y acercándola al público de hoy día.

Porque no nos vamos a engañar: las exigencias de los jugadores de ahora distan mucho de los de finales de los 90, y seguramente la mayoría estamos de acuerdo en que Lara necesitaba un lavado de cara.

Como todos los juegos de Tomb Raider, esta saga ha tenido sus puntos fuertes y sus puntos débiles, y si bien estamos aquí para hablar de su última entrega, no sería justo olvidarnos de las predecesoras que pusieron los cimientos para su cierre.

Al menos cuando se trata de la historia. Y por ahí vamos a comenzar.

HISTORIA

Empachados de Indiana Jones y Uncharted, poco podía ofrecer un arco argumental basado en encontrar ciudades perdidas y tesoros mitológicos, y por eso lo que hizo especial al primer juego del reboot fue otra cosa: Lara Croft, sin más.

El juego nos permitió conocerla a la vez que se conocía ella misma y se convertía en la cazatesoros letal que nos presentó la saga original. Vimos a una Lara vulnerable e inocente que se derrumbaba tras quitar una vida por primera vez, y nos sentimos totalmente involucrados con su lucha por sobrevivir y salvar a sus amigos. Encontrar una ciudad perdida y salvar al mundo era… bueno, parte del pack, pero no lo que más importaba al jugador medio.

Por eso quizá para los jugadores que más vivieron esta lucha interna de Lara, su continuación, Rise of the Tomb Raider (2015), pinchó un poco e hizo que el juego fuera sobresaliente desde un punto de vista técnico, pero un tanto flojo a nivel de historia. La misma pareció imponernos a una Lara letal y fuerte con un egoísmo injustificado a ratos, y eso hizo que nos sintiéramos menos comprometidos con la historia y tuviéramos nuestras dudas con respecto a la siguiente entrega.

Sin embargo, Shadow of the Tomb Raider parece haberse tomado en serio arreglar los errores de su predecesora y acercarse más al primer título, entregándonos de nuevo una protagonista con la que empatizar y por la que querer luchar. A pesar de ser más letal que nunca, sus valores éticos y sus conflictos emocionales vuelven a ser protagonistas, y el título además nos trae de vuelta el preciado vínculo de la amistad. Jonah pasa de ser un superviviente muy en segundo plano en Rise of the Tomb Raider, a un agradecido pilar para Lara a lo largo de esta nueva aventura.

La búsqueda de una ciudad perdida y de un artefacto vuelve a ser parte de un contexto pero no el objetivo que nos empuja a completar el juego. Y es una suerte, porque quizá el argumento per se es el punto más flojo, si bien tiene una ligera mejora respecto a la trama del anterior.

JUGABILIDAD

Junto a una historia que fluye, tenemos una jugabilidad que también lo hace. Shadow of the Tomb Raider se ha presentado como el título más personalizable de su trilogía, apto para un gran abanico de jugadores.

Antes incluso de iniciar la aventura, el juego nos permite adaptar la dificultad según las áreas: combate, exploración y puzles. De esta manera un jugador que quiera un gran reto con puzles pero que le dé un poco de pereza el apartado de combate, puede encontrar un reto a su medida.

El juego reacciona acorde, eliminándonos muchas de las facilidades visuales según aumenta la dificultad, o proporcionándonos todo tipo de indicadores si somos capaces de perdernos hasta en un mapa que va en línea recta.

Cabe mencionar que con dificultad alta en todas las áreas, el juego es un reto aceptable para los más avezados.

Las habilidades también han recibido un lavado de cara, ahora tenemos un único mapa donde los desbloqueos son adyacentes entre las diferentes competencias de Lara (Guerrera, Buscadora y Carroñera). El hecho de que su número haya incrementado considerablemente lo asemeja bastante a un RPG táctico, pues nos obliga a escoger cómo queremos enfrentarnos al juego.

Y es que casi todos los conflictos del mismo pueden ser abordados como el jugador prefiera, desde ser completamente sigilosa, a coser a tiros a toda Trinity con un gran arsenal de armas a tu disposición.

El sigilo, sin embargo, es el mayor atractivo del cierre de la trilogía y vale la pena investigarlo. Eidos nos ofrece diferentes formas de esconder a Lara, desde embadurnarse en barro y camuflarse en una pared de enredaderas, hasta ir de árbol en árbol y colgar a nuestros enemigos de las ramas al más puro estilo Connor Kenway.

Por supuesto, no podemos olvidarnos del apartado exploración. Con el añadido de los niveles acuáticos, las horas invertidas en investigar cada rincón se incrementan en comparación a anteriores entregas, así como los retos del entorno. El que nos ocupa es un juego de contrastes y tenemos áreas muy dispares a lo largo del mismo, desde la naturaleza más soleada hasta los subsuelos más escalofriantes (un atributo recuperado del juego de 2013).

Nuestros enemigos acuáticos aportan un nuevo grado de tensión cuando lo único que queremos hacer es abrir un cofre abandonado entre algas, y a las tumbas se les ha dado una pequeña vuelta de hoja, convirtiendo a muchas de ellas en parte de la aventura en vez de sólo un puzle con el que pensar.

Sin embargo, explorar puede llegar a ser un poco tedioso con unos mapas confusos y difíciles de navegar, por no hablar de los ya conocidos caminos cortados por la progresión de la historia, que nos obliga a ir de campamento en campamento para explorar una misma área.

Las misiones secundarias también han mejorado respecto a Rise of the Tomb Raider, contándonos mini historias y empujándonos a explorar zonas en las que quizá no habíamos reparado.

Y por último, si lo que más disfrutas es vivir la historia de principio a fin pero quieres ir completando atuendos (que son muy variados y con atributos interesantes), habilidades y herramientas, siempre tienes la posibilidad de iniciar una agradecida «nueva partida +».

APARTADO GRÁFICO

Que dicen que el aspecto no lo es todo… pero en un juego cinematográfico como es el caso de Shadow of the Tomb Raider, pues… sí lo es.

Algunos nos asustamos en el E3. Los colores eran extraños. La luz era extraña. Así que con razón nos llevamos una enorme sorpresa cuando vimos el sobresaliente resultado del producto final.

Lo que más impacta de entrada es la luz y el color. Nos atrapa más que el detalle de las texturas o el hipnotizante y a veces excesivo movimiento del pelo de Lara. ¿Qué champú usa esta chica?

Los escenarios tienen una profundidad de campo inmensa que ayuda al jugador a sentir que el mapa abarca más de lo que el juego realmente permite (lo cual es un arma de doble filo, pues puedes sentir que tu gran selva se queda pequeña).

MÚSICA Y SONIDO

Y por último pero no menos importante, el sonido. Tomb Raider 2013 pisó fuerte con los nuevos icónicos temas compuestos por Jason Graves. La mayoría fueron versionados para Rise of the Tomb Raider, sin alejarse mucho del original.

El cierre de la trilogía, sin embargo, ha querido desmarcarse en varios ámbitos. Entre ellos en la música, compuesta por Brian D’Oliveira. Esta se mimetiza a la perfección con una historia de ambiente tribal, y también con una Lara turbada y oscura.

Los efectos de sonido no se quedan atrás, sacando el máximo partido de un equipo de sonido envolvente. La selva cobra vida, así como cada paso e interacción de Lara con su entorno. Con piolet en mano en plena escalada podemos escuchar hasta la última piedrecita caer.

CONCLUSIÓN

Shadow of the Tomb Raider es, por suerte, el juego que muchos esperábamos: incluye lo bueno de los dos anteriores, y arregla algunos de sus principales defectos.

Si lo que buscas son horas de entretenimiento cinematográfico y exploración con una movilidad que te haga sentir como un Dios del fitness desde el sofá de tu casa, estarás satisfecho con este juego.

Quizá, sin embargo, se habría beneficiado de un par de meses más de desarrollo. Le falta pulir aspectos de rendimiento gráfico y bugs molestos que se han colado en el lanzamiento. Pero a lo mejor ahí la culpa la tenemos el público ansioso

LA OPINIÓN DE KONG Logo Kong. Peli o Manta

Te golpearás el pecho con…

– La interpretación de la actriz de Lara Croft, Camilla Luddington.
– El arsenal de armas con el que sentirte como Rambo.
– La música y el sonido, inmersivo y escalofriante a partes iguales.

Te golpearás la cabeza con…

– Los niveles acuáticos, si no eres fan de los mismos.
– La errática inteligencia artificial, muy necesitada de una seria mejora.
– Las horas dando vueltas por Paititi intentando entender el mapa.

EL VEREDICTO:

Bananas. Peli o Manta. 4 videojuegos

Podéis haceros con el juego en Amazon, que tienen una edición exclusiva. ¡Y es una manera de apoyar pasivamente a la web! En PS4, tanto en su edición exclusiva Amazon, como en la Croft Edition. También en Xbox One y PC.

Xenia Ruiker

Autodidacta con más aficiones que calcetines (y no porque a menudo se me caigan del tendedero) y defensora a muerte del acento diacrítico de "sólo". Me apasiona probar de todo sin prejuicios y luego arrugar la nariz o deshacerme en halagos, según toque. Amante del arte en todas sus formas, a menudo con un libro en la mano o delante de una pantalla. Mi lealtad sÓlo se compra con media tonelada de Nutella.

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