
Huelga decir, pero el 16 de diciembre se estrena Spider-Man No Way Home. Y en Peli o Manta ya la hemos visto. La película está dirigida por Jon Watts, y protagonizan Tom Holland, Zendaya y [censurado], [censurado], [censurado]. Ya que como sabéis, esta crítica es sin spoilers. Si queréis recordar
Para ver el tráiler doblado, pinchad aquí.
Antes de Spider-Man No Way Home…
Empecemos por el principio. Cuando Homecoming se estrenó en el distante 2017 parecía que Tom Holland era el Peter Parker prometido. Con una cara mucho más juvenil y una actitud menos sufrida que la de Tobey Maguire, y sin accidentalmente convertirle en un adolescente guay como Andrew Garfield; Holland había reunido las mejores cualidades de sus predecesores y desechado las menos adecuadas para lo que el personaje representaba.
Sin embargo, debido al modo de entrada al MCU y que el Peter Parker de Tom Hollando fue iniciado por el multimillonario Robert Downing Jr. Tony Stark, algo se quedó atrás. Una de las facetas más reconocibles de Spider-Man es su doble vida como superhéroe y currito que tiene que pagarse su carrera debido a formar parte de la clase baja. De hecho, la mayoría de sus villanos están ligados al 1%, siendo el más prominente Norman Osborn.

En Homecoming defendía la propiedad privada de su mentor y en Far From Home recibía en herencia una problemática e increíblemente fascista herramienta de seguridad tras la muerte del mismo. Ya no era tu vecino y amigo, sino un adolescente condicionado a defender al millonario y luchar contra el proletario (tanto el Buitre como Misterio son personajes que buscan redistribuir la riqueza, si bien Misterio se tomó las cosas mucho más personalmente).
La relación de un servidor con el Peter del MCU
Por todas estas razones, mi interés en este Peter Parker se ha ido apagando poco a poco hasta que he llegado a esta película un poco hastiado. Se había convertido en un mini Iron Man, con trajes inteligentes y metálicos, obsesionado con proteger el mundo entero y olvidándose del día a día. Su condición de Heredero™ le había alejado de ese Peter que repartía pizzas con el traje puesto y tenía que estudiar al tiempo que paraba a los villanos.
Y para hacer todo peor, al final de Far From Home su identidad había sido revelada al mundo entero. Y todo el juego de identidades secretas también se había ido por el retrete. No quedaba nada reconocible de Peter Parker en este Spider-Man.
No me malinterpretéis, no hay nada malo en darle una nueva vuelta de tuerca a un personaje que ya habíamos visto en otras dos ocasiones. Simplemente, esta nueva versión me había acabado decepcionando más que alegrado.
Ahora sí, entramos en materia: Spider-Man No Way Home.
Afortunadamente, parece que en Marvel se han dado cuenta de esto y Spider-Man No Way Home existe para borrar el statu quo que conocíamos hasta ahora del Peter Parker del MCU y lo ha devuelto a sus raíces sin perder todas las cualidades especiales que le da Tom Holland.

Spider-Man No Way Home es la culminación de una trilogía temática que ha tenido sus altibajos, y la forma de atar todos los cabos que hemos estado viendo ha sido unir todos esos hilos en una explosión multiversal. También plagada de altibajos, en general cumple con las expectativas que tenéis al ir al cine.
Sus cineastas han aspirado a una épica adolescente en la que la maduración es la fantasía y la magia es la realidad. Sus escenas y momentos emocionales impactan, la comedia falla tanto como acierta y la acción es, bueno, lo habitual para Marvel.
Alegrías y penas por el fan service, ese terrible destino del blockbuster actual
Jon Watts, su director, cae en la escuela de los Russo. No aporta nada desde la cámara y sólo reluce a la hora de dirigir a sus actores, aunque sospecho que eso es más mérito de ellos y el guion que otra cosa. El ritmo cojea y las dos horas y media se hacen notar más de la cuenta en un chicle estirado en favor del fan service.

El fan service es donde nace y muere Spider-Man No Way Home. Algunos de sus mejores momentos salen de esa necesidad de complacer al fan por encima de todas las cosas, pero también es ahí donde la fuerza del argumento se tambalea.
Es difícil hablar más sin entrar en spoilers, y personalmente no quiero recibir la furia de Disney por hablar más de la cuenta. Como resumen, sólo me quedaría su metraje es excesivo y que las lagunas temáticas que fallan a lo que por lo demás es una efectiva conclusión a la historia de origen de Spider-Man contada a lo largo de tres películas. Es un buen rato en el cine, y al final es lo que se pide de estas películas.
Sin embargo, la sombra de Spider-Man Into the Spiderverse es alargada, y No Way Home es peor por ello.

Te golpearás el pecho con…
- Tom Hardy y su Venom son el mejor chiste de la película.
- Stephen Strange no es el nuevo mentor de Peter Parker y menos mal.
Te golpearás la cabeza con…
- Se ríen del nombre Otto Octavius, a pesar de que es un nombre genial (si no eres un cínico).
- Nada que ver con la película, pero la obsesión con los spoilers ha impedido que esta crítica entre en el meollo de la cuestión.
EL VEREDICTO

Si queréis algo distinto al blockbuster de la semana, ¿por qué no echáis un ojo a la crítica de Laura Riera sobre Highway 1?
Pero si queréis más superhéores, ya sabréis que vimos Venom 2 y esto es lo que pensamos de ella. Y te dejamos también nuestra crítica de Spiderman lejos de casa.