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NICOSIA: UNA CIUDAD, DOS CAPITALES

Visitamos la línea verde que atraviesa la última capital dividida de Europa

Nos situamos en Nicosia, capital de Chipre. Una “línea verde” atraviesa la pequeña isla de Chipre. Es la separación entre dos Estados: uno, en la parte meridional bajo el control de la República de Chipre y, por extensión, parte de la Unión Europea; y otra, en la parte septentrional conocida como la República Turca del Norte de Chipre –un Estado de facto, con un reconocimiento internacional limitado. Una división que atraviesa el corazón de la capital: la grecochipriota Λευκωσία (Lefkosia)  a un lado y la turcochipriota Lefkoşa al otro que se puede cruzar previo control de pasaportes en una frontera inusual que parte la arteria comercial por antonomasia de la ciudad y de ambas capitales.

Todo se remonta tras la declaración de independencia de Gran Bretaña –que en la actualidad todavía mantiene bases militares en lo que es un punto estratégico del Mare Nostrum– con el conocido como proceso de Enosis: un movimiento a favor de anexionarse a Grecia que tuvo su contrapunto con otro movimiento llamado Taksim que abogaba, en cambio, por la división del territorio. Las tensiones llevaron a una primera separación hace 55 años: en 1963 cuando el general británico, Peter Young, trazó una línea verde en el mapa de Nicosia con el objetivo de frenar los enfrentamientos entre las dos comunidades de la isla –si bien, esta zona de protección se amplió en 1974 –tras la invasión turca del norte de la isla- con la conocida “línea Atila” partiendo la isla de Afrodita definitivamente en dos.

FOTO PROPIA: Una de las puertas de acceso de la Fuerza de las Naciones Unidas para el Mantenimiento de la Paz en Chipre.

En Nicosia, esta partición divide a la perfección el Casco Viejo de la la ciudad: una muralla veneciana de forma circular que data del siglo XVI. Dentro de ella se halla otro muro defensivo, más reciente, que separa las dos capitales. Se trata de un área donde se desplegó en 1964 la Fuerza de las Naciones Unidas para el Mantenimiento de la Paz en Chipre.

Al recorrer la buffer zone o “zona de amortiguación” nos sentimos como corresponsales de guerra. A lo largo de esta línea de separación todavía se levantan barricadas con alambres, sacos, bidones e incluso queda en pie parte del muro de hormigón que en 2007 el gobierno grecochipriota comenzó a derribar en “señal de buena voluntad”. En la actualidad la mayor parte de esta zona de protección está abandonada y algunos de los edificios que han quedado atrapados en esta línea de separación, en “tierra de nadie”, están en ruinas.

FOTO PROPIA: Parte del muro de hormigón que separaba la ‘buffer zone’ de Nicosia.
FOTO PROPIA: Una de las calles que rodean la ‘buffer zone’ donde todavía hay señales que advierten de la “ZONA PROHIBIDA”.
FOTO PROPIA: Otra de las barricadas que todavía hoy se levantan en esta zona.
FOTO PROPIA: Los torreones de la ONU se mantienen en pie en el desangelado Sınır Parkı ya en territorio oficialmente de la República del Norte de Chipre.

Pero esta división es aún más evidente en Famagusta, que en la actualidad continúa bajo el control del ejército turco tras la invasión de 1974 de esta parte de la isla que expulsó a unas 40.000 personas. Lo que en su día fue uno de los principales activos económicos de Chipre hoy se encuentra ocultado detrás de una extensa línea de alambre con señales de ‘ZONA PROHIBIDA’.

FOTO PROPIA: ‘Tierra de nadie’ próxima a Deryneia que separa las dos partes de la isla por la zona norte. Al fondo se puede apreciar los complejos turísticos de Famagusta.

Una ciudad, ahora fantasma, que se mantiene intacta desde que fue abandonada por sus habitantes.

FOTO PROPIA: Las barricadas y los alambres de protección rodean gran parte de la antigua ciudad de Famagusta donde ocasionalmente se pueden ver a militares turcos.
FOTO PROPIA: Los hoteles continúan abandonados desde 1974, tras una línea de seguridad que delimita lo que hoy es un cementerio de edificios.

Hoy en día, poco queda de lo que fue Varosha, el distrito turístico de la ciudad por excelencia. La línea de seguridad, que llega hasta la misma playa, separa, como si de un agujero espacio-temporal se tratara, dos realidades: una, anclada casi 45 años atrás, tras las trincheras, con unos complejos hoteleros que ya nadie ocupa; y otra, ya en pleno siglo XXI donde ya han resurgido chiringuitos y algunos turistas se bañan tímidamente – eso sí, ante la atenta mirada de los militares que hay tras esas barricadas para evitar que nadie tome imágenes de este escenario tan bizarro.

FOTO PROPIA: Playa del distrito de Varosha. Al fondo se dibuja una línea vallada de color verde que es la que separa la zona accesible de la prohibida.

Precisamente este telón de fondo es el que ilustra esta situación de “estancamiento” del conflicto: a pesar de los avances hacia una distensión que se han producido en los últimos años con un acceso Norte-Sur a través del Palacio Ledra en 2004 o la reapertura del que se ubica en la calle Ledra, en pleno Casco Viejo de Nicosia, en 2007; no ha sido posible llegar a un acuerdo político para reunificar la isla.

Sobre la mesa hay varios interrogantes: ¿cómo se debería constituir un Estado federal y con qué repartimiento de poder? ¿Qué sucede con aquellas personas que huyeron de lo que ahora es la República del Norte de Chipre o las que se instalaron allá desde Anatolia? ¿Y la presencia militar?

FOTO PROPIA: “A la mierda las naciones, dividen el mundo”, una pintada de una calle del norte de Nicosia.

Se trata sin lugar a dudas de una ardua empresa pero el conflicto seguirá probablemente mientras no se supere una construcción identitaria basada en el ya caduco concepto de Estado-Nación: un territorio, una lengua y una cultura; y se siga poniendo el acento en aquello que los diferencia, aunque sea bajo un mismo territorio. En definitiva, mientras se sigan levantando muros contra el diálogo.

Luis Rodríguez Alonso

Periodista de profesión, deconstructor social a "full time" y viajero de vocación. El mundo es muy grande y esconde rincones demasiado auténticos como para quedarse en casa.

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