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ESPARTACO #CicloKubrick

Hasta ahora hemos analizado 2001: Una odisea en el espacio, Atraco perfecto, Eyes Wide Shut y El resplandor. La siguiente parada en el #CicloKubrick es la épica romana de Espartaco (Spartacus). Menudo viajecito de tres horas nos espera.

Espartaco, un triunvirato de autores

Espartaco es una película estrenada en el año 1960, dirigida por Stanley Kubrick (obviamente), escrita por Dalton Trumbo y protagonizada por Kirk Douglas. La película cuenta la historia de Espartaco (Kirk Douglas), un esclavo hijo de esclavos que protagonizó la revuelta de esclavos más famosa de la historia de Roma, llegando a poner en jaque a la mismísima República romana.

El propio Kubrick renegó de la película, ya que no tuvo control absoluto sobre esta. De hecho, se trata del único filme que Kubrick dirigió por encargo. Estas circunstancias provocaron que la película, en vez de un único autor como es habitual en la filmografía de Kubrick, tuviese tres.

La administración de Kirk Douglas

La producción de la película comenzó con problemas cuando Kirk Douglas, productor además de protagonista, despidió a Anthony Mann de la silla de director. Lo hizo a favor de Stanley Kubrick, con quien ya había trabajado en Senderos de Gloria.

Espartaco. Peli o Manta. Kirk Douglas

El descontento de Kubrick con el guion y el hecho de no tener control absoluto en la película provocó un rodaje duro, lleno de tiras y aflojas entre el director y el productor. Kirk Douglas llegó a arrepentirse de haber despedido a Anthony Mann y prometió no volver a trabajar con Kubrick nunca más.

Además, Kirk Douglas fue el responsable de contratar a Dalton Trumbo como guionista. Y no solo eso, sino que tomó la decisión de poner su nombre en los créditos, contribuyendo así al final de la lista negra de Hollywood.

Es decir, sin Kirk Douglas esta película no habría existido.

La ideología de Dalton Trumbo

Dalton Trumbo era comunista y sus ideas plagan la película. Esta es una de las razones por las que Kubrick no estuviese contento con el guion: lo consideraba demasiado moralista. Un esclavo rompiendo sus cadenas y movilizando al resto de sus contemporáneos en contra del sistema que los oprime. Una idea muy peligrosa. Sobre todo en el Estados Unidos de los años 50.

Espartaco supuso una ruptura con la corriente habitual de los péplums (ese género de películas épicas con decorados de cartón-piedra). Habitualmente el género se dedicaba a blanquear la imagen romana para adaptarla a los estándares de moral del momento. Esto significaba que erradicaron todo ápice de homosexualidad y bisexualidad (las cuales eran muy habituales). Rebajaban las condiciones en las que trabajaban los esclavos y ensalzaban una democracia. Esta última mucho menos abierta de lo que hacían creer.

Espartaco. Peli o Manta. Graco

Una ideología en pantalla

Dalton Trumbo no tuvo problema a la hora de desmitificar esta imagen pulcra que se tenía de Roma. Aunque en su momento fue censurada, se incluyó una escena en la que explicitaba la bisexualidad de Craso (Laurence Olivier), el principal antagonista de la película. En la conversación, Craso le pregunta a su esclavo Antonino (Tony Cutis) si cree que comer ostras es moral mientras que comer caracoles es inmoral. Craso explica que al ser una cuestión de gustos no está sujeto a la moralidad. De hecho, acaba confesando que él come tanto ostras como caracoles.

La película tampoco deja de atacar a la burguesía. El conflicto romano entre Craso y Graco (Charles Laughton) en el Senado romano es absolutamente capitalista. Un patricio y un plebeyo adinerado. Craso representa a la nobleza y Graco a la burguesía. Ambos son hombres ambiciosos y adinerados que buscan el poder sobre Roma.

Mientras que Graco tiene cierta superioridad moral porque Craso busca una dictadura y él defiende a la República, ninguno de los dos es tan moral como Espartaco, que tan solo quiere la libertad. Y cuando Graco pronuncia que no le importa la corrupción de la República con tal de conservar un pequeño ápice de libertad, nos damos cuenta de que Dalton Trumbo sólo quiere que estemos del lado de Espartaco: de la libertad real.

Los esclavos son, en esta analogía anti-capitalista, el proletariado. Pero Dalton Trumbo no se olvida de que Estados Unidos también fue en su momento una democracia con esclavos, por eso incluye a Draga (Woody Strode), un esclavo africano. De esta manera cierra la comparación entre el final de la Roma republicana y la democracia estadounidense.

El arte de Stanley Kubrick

A Kubrick no le gustaba nada de eso. Lo que Kubrick quería hacer era un retrato individual de un hombre que huía por su libertad y la de su familia. No quería un mártir revolucionario sin defectos.

En esta película, Kubrick tenía muchos obstáculos para imponer su visión: no tenía control sobre el guion ni la producción. Y llegó a ella con el rodaje ya empezado. Esto significaba que tenía que continuar el estilo con el que Anthony Mann había empezado la producción.

Empezó por solucionar sus problemas con el guion reescribiéndolo en medio del rodaje. Dalton Trumbo redactó un informe sobre Espartaco una vez que pudo ver el material rodado. En este se quejó de estos cambios.

Kubrick consiguió imponer su visión del personaje protagonista. Lo justo como para que el guionista se sintiese traicionado, pero no tanto como para que él mismo estuviese contento.

Dualidad de sentimientos

Por otro lado, Kubrick hizo algo que el propio Trumbo le reconoció. Se trata de la primera hora de película, aproximadamente. Esta hora nos transmite dos sentimientos completamente opuestos, haciendo que el contraste resulte mucho más poderoso. La estancia en Capua, donde entrenan a Espartaco como gladiador, aúna el horror de la esclavitud y la sublimación del amor.

A través de miradas, algún cruce de palabras y un par de roces robados, la historia de amor entre Espartaco y Varinia (Jean Simmons) nos transporta a otro plano de existencia. Durante esas escenas, siempre pequeñas y robadas, creemos que no están en un campo de entrenamiento para gladiadores. Pero al momento la realidad les despierta (nos despierta) y la crueldad del ser humano vuelve al primer plano.

Draga muere teniendo la superioridad moral, ya que se niega a matar a Espartaco, y es él quien enciende la cerilla. Después, cuando Batiato (Peter Ustinov, que ganó el Oscar por esta película) ha vendido a Varinia, alejándole de su amada, Espartaco prende la mecha y la revolución ha comenzado.M

Mi película sin mí

Kubrick rodó la película con oficio, pero su falta de control es aparente. La película tiene muchas cosas a su favor, y muy pocas de ellas tienen nada que ver con Kubrick. Ya fuese su propio malestar, la batalla de gladiadores que tuvo con Trumbo o que tenía las manos atadas en muchas decisiones, esta es la película de Kubrick ‘menos Kubrick’ de todas.

Por otro lado, esta es su película más humana, la menos cerebral y, hasta cierto punto, la menos artística. Siempre quedará como la única película que no era “suya”. Y siempre será su película de dimensiones más épicas, y la más anti-sistema.

Miguel Corona

Intento de cineasta, guionista en potencia. A veces tengo opiniones sobre las películas, otras veces solo sentimientos por ellas. Fundamentalmente inofensivo.

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