
Desde Nomada Studios nos presentan GRIS, una aventura que nos deja sin aliento. En ella no se necesitan diálogos ni personajes a granel para darle una nota de color.
GRIS es el primer proyecto de Nomada Studios como equipo, juego que nos llega desde Barcelona.
La búsqueda de los colores
Es uno de los exclusivos indie de Nintendo Switch, y ya adelantamos que los primeros 15 minutos nos dejaron sin respiración.
Nos sueltan en un mundo atípico, gracias a la genial intervención de Conrad Roset, diseñador que ha hecho que esta obra de un salto hacia adelante.
Mecanismos simples
Avanzas. Saltas. Avanzas más. Corres. Saltas.
No parece nada pero con eso ya puedes recorrer la primera parte de este intenso juego.
Es un título que abarca pocas horas, y sinceramente, no creemos que necesite más.

Es intuitivo y, desde el terreno árido hasta las llanuras pobladas de enredaderas, nos fascina.
La música es un ente aparte, es un amigo que nos acompaña desde tímidas notas sueltas para dar esa falta de color que nos presenta el juego, a darnos una sección de cuerda alarmante, dándole una función impropia a la situación a la música ambiente.
El juego nos presenta a nuestra protagonista que, al minuto, está cayendo en caída libre mientras nos muestran a los creadores del título, todo esto, dando una imagen tan nítida del escenario como mostrando la fragilidad del todo.
Un día estamos en el cielo y otro podemos sentirnos como si estuviésemos horas cayendo en picado.
Sabiendo dónde pisar
El juego nos presenta escenarios simples, donde se ve a primera vista por donde se puede pasar y por donde no.
No nos hace sudar la gota gorda, porque saben perfectamente que esa no es su intención, sino la de transmitir. Y lo hace realmente bien, sabiendo dónde hacer zoom para intimar con el protagonista y cuando exhibir el escenario mostrando todo lo que nos rodea.

Y de eso trata GRIS, de un compendio de emociones que obtenemos tras realizar ciertas situaciones. Saltando en el momento preciso, resolviendo puzzles o adquiriendo secretos escondidos.
Todo eso nos resulta genial, y le da un sabor curioso al título.
¿Pero qué hacemos en GRIS?
Pues avanzar hacia lo desconocido, sorprendernos a cada momento e intentar llegar a lo más alto, recobrando los colores del entorno que hemos perdido.
Son escenarios curiosos, llenos (o vacíos) de vida, y nuestro protagonista ha de adquirir habilidades y colores para recorrerlos, haciendo un mundo más colorido según progresamos.
Es uno de los pocos juegos que nos habla de manera muy indirecta y alternativa de la depresión, de la tristeza, de como lo vemos todo en blanco y negro cuando ya no tenemos nada más, pero seguimos adelante, recuperando los colores de nuestra vida y volviendo a ilusionarnos viendo simplemente el amanecer de un nuevo día.

Son castillos de cristales que recorremos a diario y, simplemente, un día se rompe todo a nuestro alrededor y caemos. Todo viene a ser lo mismo.
Los colores, el avanzar siempre, los puzzles, la música, las habilidades y el quedarnos sin voz.
Todo es, de una manera indirectamente directa, la tristeza que tenemos que sobrellevar, volviéndonos cada vez menos vulnerables.
Tenemos una indumentaria que cobra vida según las habilidades que vayamos adquiriendo, desde poder hacer un doble salto, hasta convertirnos en un cubo que adquiere fuerza y peso para poder contrarrestar el vendaval que intenta tirarnos hacia atrás.
La animación
Hay que hacer mención honorifica a la animación, que puede pasar desapercibida por el color y la música.
Tal vez a prima vista no se vea por el escenario, pero nos fascina la fluidez del personaje y el entorno que cobra vida a nuestro alrededor.
A medida que progresamos vamos adquiriendo color a nuestro entorno, y ese toque recreado en acuarelas le da un punto alternativo y bonito.
Es un toque tierno y a la vez preciso del uso de los colores en cada situación. Nos nos cautiva cada entorno, sobre todo en el fondo del escenario, estático y vibrante de vida.
El único punto que puede llegar a causar cierta controversia es la duración. Pero recordemos que esto no es un MMORPG , ni un Call of Duty, ni un Final Fantasy.

Conclusión – GRIS
GRIS es un libro abierto, que nos cuenta una historia simple pero enriquecedora y nos acompaña hasta el final. En nuestra mano está leerlo rápidamente o deleitarnos con cada una de sus frases.
Puedes estar concentrado en avanzar y acabarlo o puedes progresar mientras paras a disfrutar viendo el entorno, el dibujo, la animación, la música… Un título como este es una delicatessen que no podemos darnos el lujo de tragar sin saborear.

Te golpearás el pecho…
– Entrando en el mundo dibujado de Conrad Roset.
– Disfrutando cada momento de los colores, la animación y la música.
– Al notar como tratan de manera tan alternativa y a la vez tan precisa temas como la depresión y tristeza..
Te golpearás la cabeza…
– En el momento en que termina el juego. Una experiencia así te marca.
– Con la duración, que puede quedarse corta.
EL VEREDICTO:

En esta línea indie también se movía RiME, de Tequila Works. ¿Habéis probado GRIS o RiME? ¡Nos encantaría leerte en los comentarios!
En esta línea indie también se movía RiME, de Tequila Works. ¿Habéis probado GRIS o RiME? ¡Nos encantaría leerte en los comentarios!
Si eres más de juegos físicos, todavía estos días hay muchas ofertas en diversas plataformas y comprarlos a través de Amazon es una manera de apoyar nuestra web. ¡No te las pierdas!