
Os traemos la crítica de The Pink Cloud, una de las películas más sorprendentes del reciente Festival Sundance 2021, presentada en la categoría World Cinema Dramatic Competition.
Aquí tenéis el trailer:
Dulce tensión | Crítica The Pink Cloud
A principios del siglo XX, Paul Signac pintó una apacible nube rosa sobre Antibes a partir de miles de puntos de color. Un siglo y medio antes, el Rococó ya había celebrado los colores pastel como los suaves tonos de la intimidad.
A priori pensamos que The Pink Cloud (A Nuvem Rosa, 2021), ópera prima de la directora brasileña Iuli Gerbase -antes había realizado algún que otro corto, como The Stone (2019), será otra aproximación, esta vez cinematográfica, a la magnificencia de los cielos rosados y cálidos, propios de un bello atardecer.
Pero no es así. La cinta se sirve de un símbolo aparentemente inofensivo y dulce como es la nube rosa para transformarla en el eje del peligro, del misterio. A través de una sutil ciencia ficción como excusa, entra de lleno en la complejidad de las relaciones humanas.
Casi una profecía
El filme nos cuenta cómo la aparición súbita de una nube rosa de composición desconocida, obliga a todo el mundo a encerrarse en sus casas para no morir a los diez segundos de exposición. Esta situación conlleva un confinamiento -largo, muy largo- de toda la población.
The Pink Cloud se escribió en 2017, se rodó en 2019 y el montaje se llevó a cabo el año pasado. Al darse cuenta de las similitudes del guion con la situación pandémica que vivimos desde hace un año, el equipo de la película no salía de su asombro. Pero asumió que, de alguna manera, habían predicho el futuro.

Iuli Gerbase nos pide dos cosas en la presentación del filme. La primera, que cada uno/a construya una interpretación propia de lo que podría ser la nube rosa. La segunda, que intentemos apreciar la película más allá de las extrañas similitudes con el confinamiento actual.
Pues es posible que The Pink Cloud ya sea conocida como «la película que predijo el confinamiento», y eso puede ser tanto su enganche como su cruz, pues no sería justo aplicarle ese reduccionismo.
Los confinamientos
El filme anticipa las dinámicas de comportamiento que todos hemos aprendido a desarrollar durante el/los confinamiento/s. El teletrabajo, las videollamadas, el ejercicio a través de tutoriales, etc. Pero también la soledad, la isolación y el conflicto.
Gerbase apunta dos referentes clave para abordar un confinamiento. Por una parte, El ángel exterminador (1962), de Luis Buñuel; y por otra, la pieza teatral de Jean-Paul Sartre, No exit (1944). Gerbase no tenía intención de proponer y desarrollar un motivo realista para el confinamiento; prefería algo misterioso, interpretable.

Pues el eje principal del filme es el tratamiento psicológico de los personajes respecto a la situación de peligro externa, así como de la evolución de una relación de una pareja. Durante los años que dura el confinamiento, Giovanna (Renata de Lélis) y Yago (Eduardo Mendoça), que apenas se conocían, se ven forzados a convivir y devienen una pareja o, mejor dicho, una familia, abordando diferentes fases.
Aunque los personajes se van adaptando al estilo de vida impuesto por la desgracia, surgirán confrontaciones. Giovanna, acusada por Yago de paranoica, querrá saber qué ocurre en el mundo, afrontará la depresión pero también mostrará un espíritu independiente, confrontativo. Yago, acusado por Giovanna de estar alienado, llegará a aceptar y convivir con la presencia amenazante de la nube.
A la luz de The Pink Cloud
Uno de los elementos mejor conseguidos de la película es la concepción de la nube rosa. Sus apariciones, su avance, y cómo tiñe la pantalla como si del filtro «1977» de Instagram se tratara. Pero no es un tratamiento simple.
Bruno Polidoro, director de fotografía, realiza un trabajo meticuloso de las gradaciones del rosa en diferentes escenas, dependiendo del momento argumental y de la situación de los personajes respecto al espacio que habitan (ventanas, balcón, interiores oscuros). Las variaciones son siempre sutiles, pero conseguidas. Además, una música ligeramente disonante sigue el rumbo de las nubes en algunas escenas.

Otro de los puntos fuertes es la evolución de los personajes. Gerbase consigue retratar de qué manera una situación de reclusión tan radical afectará al ser humano, cuál será la consecuencia psicológica y emocional del confinamiento. Pero, para su avance, el filme presenta varias elipsis en la acción que hacen que en algunos momentos nos distanciemos demasiado de ellos.
Los personajes no nos caen especialmente bien, pero asumimos que forma parte de cómo están concebidos, su postura y sus cambios. Aún así, y a pesar del correcto trabajo de los protagonistas, la dirección de actores no acaba de ser lo suficientemente lúcida como para realmente integrarlos con los demás elementos. Incluso el ritmo parece entrar en ciertos bucles a partir de la segunda parte, con cierta sensación de decaimiento, de desaprovechamiento de la historia.
Conclusión | Crítica The Pink Cloud
En toda la película hay un diálogo inaudible con la nube. Con su apariencia inofensiva, seduce a los protagonistas -sobre todo a Giovanna- y les habla, aunque ellos no sé den cuenta, de la opresión, de lo que nos constriñe y nos conduce. De las prisiones mentales.
The Pink Cloud nos permite tomar perspectiva respecto a la situación en la que vivimos. E interpretarla, aunque sea por unos instantes, de otro modo. Pensamos: «bueno, aunque confinados, al menos nosotros podemos abrir las ventanas».

Te golpearás el pecho con…
- La fascinante nube y su estela melancólica.
- Un guion sólido que gana en la economía de recursos.
Te golpearás la cabeza con…
- Que a pesar de las buenas actuaciones, algo falla en la comunicación con el espectador.
- Un ritmo que, aunque requiere lentitud por la trama, parece entrar en algunos bucles.
EL VEREDICTO

¡Repasa lo mejor de Sundance 2021 en Peli o Manta! Te recomendamos la crítica de la premiada Hive (World Cinema Dramatic), o de la enigmática Cryptozoo.