
Este viernes 31 de mayo llega Rocketman, la historia sobre la juventud y el éxito de Elton John. Dirigida por Dexter Fletcher (el tipo que tuvo que acabar Bohemian Rhapsody) y protagonizada por Taron Egerton (Kingsman, el servicio secreto), esta fantasía musical inspirada en la vida del músico te hará volar.
Un biopic enterrado en un musical
En el fondo, Rocketman es un biopic (una película biográfica), y uno bastante típico: infancia infeliz, relación complicada con sus padres, unión con el resto de su banda (en este caso, su letrista Bernie Taupin), ascenso a la fama, y caída a las drogas…
La película apunta todos los requisitos de la lista. Entonces, ¿cómo es diferente a Bohemian Rhapsody (2018), Ray (2004) o En la cuerda floja (2006)? Pues que en su forma, lo que rodea a esa esencia biográfica, es un musical fantasioso.

Rocketman usa las canciones de Elton John para dramatizar los momentos claves de su vida, ofreciendo escenas que son más fieles a las emociones y el espíritu de lo que pasaba por la cabeza del protagonista, que de lo que ocurrió en realidad.
Es decir, es consciente de que es imposible unir realismo y verdad en una película de dos horas intentando resumir dos décadas (o más) de una vida, así que se olvida del realismo y enseña la verdad a través de la fantasía.
Las comparaciones son odiosas pero, con Bohemian Rhapsody, inevitables
En muchos sentidos, Rocketman es lo que Bohemian Rhapsody debería haber sido. Desde la forma al contenido. Solo imaginarme el número musical de las canciones de Queen me ponen triste por lo que pudo ser.
Rocketman no se achanta a la hora de tocar los temas más peliagudos, o tabú, de la vida de Elton John. Sigue siendo una película principalmente interesada en entretener y ofrecer una visión general de su protagonista, por lo que no habla de la drogadicción o las relaciones tóxicas, ni el resto de temas más intensos, con la profundidad que sería necesaria. Pero los enseña sin miedo.

La versión de Taron Egerton de Elton John (porque no le imita, sino que lo hace suyo) es explícitamente gay desde el principio, y él tiene la última palabra sobre su sexualidad (cosa que en Bohemian Rhapsody le quitaron al Freddie Mercury de Rami Malek). Tampoco rehúye el consumo de drogas, sin glorificarlo, ignorarlo, o condenarlo: lo presenta como el problema que es cualquier adicción.
Todo esto se resume en una cosa: es la primera película de un estudio grande (Paramount) en tener una escena de sexo entre dos hombres. Es corta y suave en contenido, pero explícita en mensaje.
El Rocketman con los pies en la Tierra
Si hay un sentimiento, una emoción, con la que la película quiere dejarte es la sensación que a Elton John le sobrecogió todos esos años de fama, drogas y soledad: si paraba, moría. Por eso, cuando la película para, muere.
Cada número musical te presenta una emoción, ya sea tristeza, soledad, éxtasis o triunfo. En cualquier caso, cuando Rocketman canta y baila, flirtea con la excelencia de la misma manera que Elton John, cuando trabajaba y actuaba, rozaba la felicidad. Pero cuando Rocketman frena, y se convierte en el biopic que todos esperábamos, se estanca de la misma manera que Elton John se sumía en una espiral de autodestrucción, drogadicción y soledad.

Esta es una buena manera de hacer de un defecto, las escenas más flojas de la película, una virtud: el contraste entre la excelencia y la mediocridad transmite los altibajos de cualquier vida, en especial de la de una estrella del rock, mucho mejor de lo que una película en constante en su calidad.
Es decir, las escenas más flojas hacen mejores a las escenas buenas. Y eso no es fácil de conseguir.

Te golpearás el pecho con:
- Los números musicales con canciones de Elton John.
- Taron Egerton, que corre al Oscar.
Te golpearás la cabeza con:
- Las escenas más tópicas, cuando no hay músical.
- Los créditos, tan insípidos como los de cualquier biopic.

Y mientras esperas a poder ir a ver Rocketman, o mientras vas de camino al cine, ¿por qué no le echas un ojo a la increíble lista de los errores en la última temporada de Juego de Tronos?
Y después de ver Rocketman, podéis ver Ártico, con Mads Mikkelsen.