
Bienvenido a nuestra review de Demon’s Souls Remake para Playstation 5. ¡Nuestra primera review de PS5! Todos sabemos que las ansias de poder a menudo se pagan con creces, y son esas ansias desatadas las que convertirán el mundo en un infierno en la tierra.
Armados con nuestro valor, nuestra tenacidad y el arma más grande que encontremos, debemos liberar al mundo del mal. ¿Tienes lo que hay que tener para enfrentarte a Demon’s Souls? Pues entonces tienes lo necesario para leerte nuestra review de Demon’s Souls Remake. ¡Ah! Sin spoilers, eh.
DEMON’S SOULS, TODO CORAJE
A decir verdad, el “nuevo” trabajo de From Software y adaptado y modernizado por Bluepoint Games es un título que derrocha coraje por todos los poros, y en todas las acepciones de la palabra.
Demon’s Souls se atrevió a reescribir el género
Derrocha coraje en su acepción tradicional, porque Demon’s Souls fue en su día un punto de inflexión en los juegos de rol y acción. Le pese a quien le pese fue un cambio de paradigma en todo lo que se refiere a accesibilidad, dificultad y ciclo de vida útil de un juego.

En su momento fue un título que dinamitó todos los estándares de los juegos de rol y acción, y ahora, su re-edición en la nueva generación no causa esa conmoción por los motivos obvios, pero también destila cierto coraje.
El primer gran exclusivo de PS5 | Review Demon’s Souls Remake
Siendo sincero, cuando pude echarle un ojo al State of Play en septiembre, empecé el vídeo con cierto escepticismo. Tras la desidia inicial al asistir al enésimo refrito de GTA V y otros cuantos juegos que me dejaron un tanto destemplado, llegaron las imágenes de Demon’s Souls. Mi primera reacción fue poner los ojos en blanco, ya que nunca he sido gran fan de la saga Souls, pero a pesar de todo, había algo en las cinemáticas, algo similar a los tambores que se oían en la lejanía en la película Jumanji cada vez que los protagonistas tocaban el tablero.
Algo desconocido, sutil y muy primario que tira de ti, que te llama y te atrae. Ese algo que te hace pensar: «hay que tenerlos muy cuadrados para estrenar la nueva generación con un juego que tiene 10 años» mientras sonríes, pensando: «estos cabrones lo van a conseguir».
Qué coraje, mi arma
Y eso nos lleva a la otra acepción de «coraje». Da coraje a la andaluza, en el sentido de rabia.
Es un juego que te la da, da muchísima rabia. Da rabia que te cueste avanzar, da rabia que sea tan difícil (o uno tan torpe, hay que ser humilde). Da rabia que el juego te escupa en la cara una y otra vez, que hasta el combate más sencillo se haga tan cuesta arriba.

Y da rabia, porque desde el momento que lo inicias, no puedes apartar tus ojos de él, y quieres ver más. Y el juego no te dejará, porque quiere que sufras una y otra vez.
DIRECCIÓN DE ARTE EN DEMON’S SOULS REMAKE | ARTE MEDIEVAL
Una vez asumida nuestra pequeña tendencia al masoquismo, es importante hablar de una de las principales razones que causan este enorme Síndrome de Estocolmo que resulta Demon’s Souls: su dirección de arte.

A pesar de que hablamos sobre un juego de espada y brujería en el sentido más clásico del género, prima un palpable realismo. No estamos ante un juego de fantasía con elfas de generosos pechos, con ataques grandilocuentes o épicos discursos.
Demon’s Souls es un juego de fantasía medieval tomado de la manera más literal. Una época en la que primaba la desesperanza, el barro hasta las rodillas, el hambre, el frío y la enfermedad.
Gráficos de nueva generación
Nada más comenzar el juego, las alucinantes y épicas cinemáticas nos recalcan que Boletaria es un reino caído, en ruinas, en las que la desolación, la locura y la muerte campan a sus anchas.
En todos y cada uno de los enormes escenarios del juego veremos esa decadencia de manera palpable: tapices rasgados, alfombras arrugadas y llenas de mugre, maderos podridos, muros ruinosos y llenos de musgo… todo con una calidad y realismo tan exacerbado que nos hace darnos cuenta al instante de por qué hablamos de la Nueva Generación.
Un cambio radical
Es un remake, sí, pero es lo más parecido a cuando te encuentras a un antiguo compañero de clase que de pequeñito era un poco difícil de mirar y ahora se gana la vida como modelo.
Un lavado de cara total, en el que mantenemos todo el espíritu de aquel juego que abrió puertas a otros mundos infernales, pero que son tan hermosos a su manera, que hacen que cada una de las lágrimas de frustración vertidas merezca la pena.

Un remake en el que hasta el editor de personajes, que en los juegos de From Software nunca ha sido uno de los fuertes, ha ganado enteros, haciendo que podamos dotar a nuestro desafortunado héroe o heroína de tanta personalidad como el propio mundo de Boletaria.
Eso sí, sigo sin comprar las texturas de algunos peinados, pero hay que mirar el lado bueno: podrían ser las texturas de Bloodborne.
Luces y sombras
El uso de la iluminación es soberbio, haciendo que desconfiemos de cada zona de penumbra y dejándonos boquiabiertos con detalles como la luz entrando a través de una trampilla en un túnel o los tenues rayos de sol que se filtran entre las grietas de los podridos postigos de las ventanas. Este nivel de detalle es tal, que podemos apreciar los fogonazos de las bombas de pólvora, los conjuros flamígeros o el uso de la brea para prender nuestra espada inflamando la oscuridad, de manera francamente realista.

A este respecto, la calidad artística en general y el nivel de detalle es tan elevado, que tendremos que pararnos en más de una ocasión a recordar que estamos ante un videojuego en lugar de una película con actores reales. Podríamos comparar este juego con algunos de los pesos pesados de PS4 como Ghost of Tsushima a nivel visual, e incluso este último saldría mal parado en la competición.
Evidentemente, no todo es bueno, ya que un juego de tales características no debería cometer algunos errores de bulto que sí comete, como la falta de variedad de modelos para los distintos tipos de enemigos. Quizá son errores menores, pero es inevitable pensar que usar pequeñas variaciones de cada enemigo para hacerlos un poco más únicos podría dar mucha más verosimilitud y profundidad al fuego.
LA MÚSICA DE DEMON’S SOULS REMAKE | EL SONIDO DEL SILENCIO
Una de las cosas más desconcertantes que nos encontraremos en Demon’s Souls, sobre todo para los neófitos en la saga, es lo escueto de su banda sonora en algunos momentos. No es que no contemos con piezas musicales, que las hay, pero su uso se limita a las luchas con los jefes, dejando en muchos momentos el juego un poco con una cierta sensación de desnudez, ya que en el resto del juego los sonidos parecen limitarse a los sonidos ambientales y poco más.
En cierto modo, es una pequeña oportunidad desaprovechada; ya que el arte, la historia, la jugabilidad y el sonido son pequeñas partes de un todo; y al final del día, una mesa con una pata menos no es tan estable.

De forma inversa a esta “desnudez” de sonido ambiental, nos encontramos con una nutrida selección de temas para los jefes que nos harán tener muy claro que nuestras vidas corren un grave peligro porque llega algo muy gordo.
Nada más traspasar uno de los múltiples umbrales neblinosos, notaremos como las notas empiezan a despuntar como gusanos arrastrándose, y comienzan a ganar en intensidad. Violas y piano, timbales y cuerdas envueltos por voces que parecen gritarnos “sal de ahí, inconsciente, ¡vas a morir!”, hacen que se nos encoja un poco el corazón (y quizá otras partes del cuerpo), sensación que se exacerba cuando presenciamos el a menudo imponente tamaño de los jefes.
MECÁNICAS DE JUEGO EN DEMON’S SOULS |UN JUEGO SIN PIEDAD
No podemos hablar de un “Souls” sin detenernos un momento a hablar de sus mecánicas, sello característico de la saga y de la casa.
Como cabe esperar, es un juego en el que la dificultad del producto original no ha sido alterada ni un ápice. Continúa siendo un juego arduo, en el que las recompensas por los logros son escasas; y en el que cada error, por mínimo que sea, se paga con creces.

Como si un entrenador de gimnasia rítmica ruso se tratase, el juego nos golpeará una y otra vez en la cara, y cuando estemos en el suelo, intentando retomar la respiración, recibiremos un último y humillante golpe con una toalla mojada. Pero por alguna razón, bien sea por orgullo, masoquismo o simplemente tozudez, acabaremos volviendo.
Misma dificultad que en el Demon’s Souls original, pero con cambios
Y es esa dificultad adictiva, ese “entrenamiento de marines”, la que engancha a miles de jugadores y espanta a tantos otros. En este caso, amantes de las experiencias al límite, podéis estar tranquilos, porque todo está ahí, pero pulido y abrillantado.

Si bien la dificultad no se ha reducido, sí se han limado muchos de esos fallos tontos en los modelados de escenario o texturas que nos daban más de un disgusto.
También se ha mejorado con buen criterio la interfaz y menús para hacerlos mucho más informativos, más claros y cómodos de usar. Como dato curioso, por primera vez el juego incorpora una especie de función «pausa» para aquellos que nos cuesta estar más de media hora sentados sin ir al baño, a por un café o a por algo de picar.
No es una pausa al uso, ya que recordemos que tanto la saga Souls como Bloodborne son en tiempo real. Contamos con una función cámara integrada en el menú rápido que nos permitirá congelar la acción para tomar una instantánea o, por qué no, tomarnos unos minutos para relajarnos, hacernos una tilita y llorar un rato en la cocina.

En cualquier caso, a pesar de ese aroma a viejo, de esa comodidad de algunas de las mecánicas y escenarios, nos encontramos numerosas novedades como nuevas armas y equipamiento, nuevos modelados de algunos jefes, una interfaz que nos permitirá comprobar la tendencia de cada zona del mundo, el modo Fragmentado (o espejo) y el ya mencionado modo foto, amén de otros detalles que es recomendable experimentar por uno mismo con el factor sorpresa.
CONCLUSIONES | REVIEW DEMON’S SOULS REMAKE
Demon’s Souls es un juego que quita el aliento en más de un aspecto, pero al que conviene acercarse con cautela, en especial si es nuestro primer juego de la saga o nuestro primer título para PS5 y no contamos con otros juegos que nos permitan seguir dándole uso a la consola en caso de que no sea un zapato adecuado a nuestro pie.

En cualquier caso, es un juego que merece la pena experimentar, tanto si ya has jugado al original como si es tu primera vez. A los veteranos les sorprenderá la modernización a nivel visual y el refinamiento de mecánicas, y a los jugadores noveles les sorprenderá por dificultad, dureza y por su oscura historia, de las que tan poco abundan en un mercado poblado por una fantasía medieval mucho más luminosa, con más «fantasía» que «medieval».

Te golpearás el pecho con…
- El estilo visual impecable y decadente.
- Una historia oscura, llena de simbolismos y con momentos memorables.
- La acción y adrenalina a raudales.
Te golpearás la cabeza con…
- La dificultad: si lo haces bien estarás jodido, y si lo haces mal, aún peor.
- La duración si eres un poquito pro.
EL VEREDICTO

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