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[CRÍTICA] SUSPIRIA

Tenemos que reconocer que la revisión de Suspiria por Luca Guadagnino nos tenía en vilo. Y no nos ha defraudado. En medio de la fatiga y la desconfianza que hoy en día nos producen a muchos los recurrentes remakes, hay excepciones.

Una revisión de Suspiria

La relectura de Guadagnino mantiene elementos en común con la cinta que firmó Dario Argento en 1977, filme de culto indiscutible para los amantes del terror. Pero Guadagnino se ha alejado lo suficiente de ella para desprenderse del factor naïf y añadir sensibilidad, crudeza y más sentido a la historia.

Peli o Manta. Suspiria. Dakota1

Sin embargo, no se trata de una sensibilidad próxima a la de Call Me by Your Name (2017), que iba por los senderos de la belleza y la nostalgia. O a la de Io sono l’amore (2009), profunda y solemne. En Suspiria, Guadagnino se atreve a explorar otra cara del prisma de las emociones. ¡Y cómo!

Una academia de baile en Berlín

La historia se situa en el Berlín dividido del 1977, con una ambientación inmejorable de escenarios y estética de personajes. En esta maltratada ciudad, una joven estadounidense, Susie Bannion (Dakota Johnson), ingresa en la academia de baile Markos. Allí, una de sus profesoras, Madame Blanc (Tilda Swinton), queda prendada de las dotes para la danza de la recién llegada.

Peli o Manta. Suspiria. Tilda

Pronto empezará a hacerse palpable el imaginario insólito que Guadagnino crea para sugerir el poder de lo monstruoso dentro de la academia. Por ejemplo, con el enrarecido comportamiento de las primeras alumnas que aparecen. O, posteriormente, a través de secuencias en las que diferentes elementos anómalos e inquietantes perturban la aparente cotidianidad de la relación entre las profesoras.

Pero el horror también se desplaza fuera de la academia, a través de un episodio paralelo que aporta un carácter más «humano» a la historia. Hablamos del testimonio del Dr. Josef Klemperer, interpretado también por Tilda Swinton. Su relato, con ecos psicológicos y antropológicos, evidencia la academia y su maldición como una metáfora del contexto socio-político alemán.

Peli o Manta. Suspiria. Dr

Danza macabra

La danza, la más primaria de las expresiones artísticas, es aquí omnipresente. Constituye el proceso de revelación del instinto de los personajes para que aflore su yo más primitivo. Suspiria es una exploración de lo animal y lo mágico en el ser humano, por el terreno de lo oculto, lo corrompido y lo maldito. 

La Suspiria de Argento marcó un hito con sus impactantes imágenes, los escenarios de colores expresionistas y una música taladrante casi constante. Un envoltorio que podía atraer o repeler al espectador, o ambas cosas a la vez. Argento nos invitaba a que acompañásemos a su Susie Bannion en su pesadilla.

Peli o Manta. Suspiria. Dance1

Pero la verdadera sensación envolvente y claustrofóbica se encuentra en la versión de Guadagnino. Este consigue traspasar la pantalla e infundir al espectador esa «enfermedad» que reside en las imágenes. Un lento contagio no siempre evidente, a través de claroscuros que van directos al subsconsciente.

Suspiros en la penumbra

La cámara se desenvuelve con maestría, con unos planos expresivos y rápidos pero sin sobrecargarnos con cortes innecesarios. Las secuencias oníricas son apabullantes, llevando al extremo el imaginario artístico de la película.

Si en su predecesora destacaban unos colores saturadísimos, en esta versión hay una atenuación expresa del color y de la luz. Una penumbra deliberada y natural a la que nos costará acostumbrarnos, y que Guadagnino teñirá en ocasiones de colores sangrantes.

Peli o Manta. Suspiria. Dakota y Tilda

Los efectos sonoros, que parecen jugar con lo gutural y la resonancia de los cuerpos, no descansan, como si de la respiración del filme se tratara. Mención aparte merece la banda sonora. Un inspirado Thom Yorke pone voz y musicalidad a la atmósfera de la película. Destacan temas como el bellísimo Suspirium, o el desasosegante Volk.

Destaca la múltiple interpretación de Tilda Swinton, completamente sumergida en sus personajes. En cambio, Dakota Johnson ofrece una actuación neutra y plana, y a la que le falta progresión con la historia. Los fans de la predecesora reconocerán a Jessica Harper, su protagonista, en un pequeño cameo en esta nueva versión.

Peli o Manta. Suspiria. Dakota2

Conclusión

La huella que Suspiria nos deja, profunda, dispersa y emocional, rezuma verdad. Uno de sus mayores logros es conseguir que incluso las escenas con más efectos especiales sean extremadamente convincentes. 

Como dice Madame Blanc, «hay que dejar de lado la belleza». Y es que en Suspira no se ha buscado la belleza, sino la fascinación y el horror de una posible verdad que alguien ha imaginado por nosotros.

La opinión de Kong. Peli o Manta

Te golpearás el pecho con…

– Que hay perfección en su desmesura y radicalidad, y los efectos están al servicio de la «verdad» de la historia.

– La secuencia del baile paralelo entre Susie y Olga.

– La partitura de un Thom Yorke en estado de gracia.

Te golpearás la cabeza con…

– Que otra actriz protagonista podría haber aportado más que Dakota Johnson.

– Que puede costar el adentrarse en su atmósfera.

EL VEREDICTO:

Bananas cine. Peli o Manta. 5

Como has podido ver, Suspiria es de lo más intenso que podemos ver en nuestros cines. Por otra parte tenemos Spider-Man: Un nuevo universo o Animales Fantásticos: Los crímenes de Grindelwald. Sin olvidar Viudas. ¿Qué vais a ver vosotr@s?

Laura Riera

De Palma. En proceso de aprendizaje y su contrario. Siempre a la búsqueda del cine (y cualquier forma de arte) que sacude perspectivas, conciencia y retina.

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