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FESTIVAL DE SITGES 2020: [CRÍTICA] RELIC | ÓPERA PRIMA DE NATALIE ERIKA JAMES

Relic, ópera prima de Natalie Erika James, ya se había dado a conocer en el pasado festival de Sundance recibiendo una cálida acogida de crítica y público. Ahora, nada mejor que nuestro Festival de Sitges para que la directora de ascendencia japonesa-australiana pueda acercarnos su propuesta.

Edna, madre de Kay (Emily Mortimer) y abuela de Sam (Bella Heathcoate), interpretada por Robyn Nevin, es una mujer de avanzada edad que ha desaparecido de su domicilio por unas razones que desconocemos. Semanas antes, en una de las pocas conversaciones que mantentuvo con su hija Kay antes de desaparecer, le expresó su temor de que alguien oscuro llegara a la casa y la ocupara.

Kay y Sam llegan a la casa de Edna, y pronto descubrirán que su comportamiento antes de desaparecer reflejaba algunos signos de demencia. Edna regresará al cabo de unos días y, junto a la presunta demencia que padece, se sucederán una serie de fenómenos, pesadillas y episodios extraños en la casa.

El «espacio» desconocido

Tener que enfrentarse a un espacio desconocido, quizá vacío o vaciado, quizá repleto de elementos turbios y desestabilizantes, es una de las premisas más habituales del cine de terror, y Relic no es excepción. También se sirve de uno de los escenario más explotados del género, como es el conflicto familiar (véase la reciente Hereditary).

Peli o manta. Relic. Kay

Pero lo que no resulta tan común es el punto desde el que parte este conflicto: la desaparición de uno de los tres personajes principales por causas que no conocemos. Pero, poco a poco, nos percatamos que «lo desconocido» nace de una pobre comunicación entre las tres protagonistas, entre las tres generaciones. Su relación es forzada e imprecisa, perpetuada de madre a hija.

Contención y tensiones

En su primera mitad, Relic desarrolla una sobriedad y una contención conducidas sin prisa alguna. Huye de un exceso de estímulos para ofrecernos un relato que no precisa captar la atención mediante el recurso fácil, sino con afán de trabajar la historia poco a poco.

Pero, pese a este acertado comienzo, no se consigue la veracidad. Los actores no encajan en sus papeles, y los personajes no se integran correctamente en la historia.

Peli o manta. Relic. Cena

El problema no se debe a las interpretaciones, correctas, sino a fallos de guion, ambientación y dirección. Emily Mortimer apenas se mantiene apegada a su personaje, pero el que chirría con diferencia es el de Edna. ¿Por qué se empeñan en «diseñar» este estereotipo físico de persona mayor tan poco convincente, tan artificioso y que no resulta para nada creíble?

El terror y las emociones

A causa de este distanciamiento de los personajes, el terror que pretende nacer del comportamiento errático de Edna es difícil de encajar y no acaba de fluir. Afortunadamente, y aunque en la segunda mitad vemos un desarrollo más típico del género, sí que se consigue cierta tensión y situaciones ciertamente claustrofóbicas (mención especial a la larga secuencia a través de los pasillos enmohecidos).

Por otra parte, la dirección artística se queda a medias al subrayar constantemente la metáfora que supone la casa en la historia, la profusión de objetos o el agua estancada, desde un lugar muy pobre y poco innovador.

Peli o manta. Relic. Pasillos

James confesaba que su interés principal recaía en las emociones, en retratar las fracturas emocionales de una mitología familiar. Pero la principal deficiencia de Relic es que no consigue expresarlas, ni cuando afloran ni cuando resultan ausentes.

De este modo, ni en la frialdad inicial donde se reprime, ni en los momentos de angustia y pesadillas donde sí se muestra, son suficientes para dotar de emotividad al filme. La gran excepción recae en la secuencia final, una grata sorpresa y uno de los mejores momentos de la película por su sencillez, gestualidad y honestidad.

Relic: Las reliquias de la muerte

Relic no consigue innovar y funciona a medio gas respecto a lo que James pretendía. Aún así, es un ejercicio fácil de ver, con un punto sorprendente y loable por cómo se acerca a los estragos que causa el paso del tiempo en el ser humano, mediante la visibilización de ciertos traumas y aspectos vitales.

No dudamos que habría funcionado mejor como una película más intimista y austera, con una mayor integración de todos los elementos, que irían desde caracterizaciones más realistas, hasta ambientaciones más arriesgadas y particulares.

Te golpearás el pecho con:

  • Su inicial contención.
  • El giro final, pese a su evidencia y a la redundancia de la metáfora.
  • La secuencia de los pasillos.

Te golpearás la cabeza con:

  • Unos personajes poco integrados y artificiosos.
  • Una ambientación pobre que no llega a formular un universo propio.

EL VEREDICTO:

Bananas cine. Peli o Manta. 2'5

Nuestro paso por el Festival de Sitges 2020 no acaba aquí. ¡No te pierdas las próximas publicaciones para saber todos los detalles!

Laura Riera

De Palma. En proceso de aprendizaje y su contrario. Siempre a la búsqueda del cine (y cualquier forma de arte) que sacude perspectivas, conciencia y retina.

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