
Cuando se trata de crear terror, es difícil no acabar convirtiendo el producto en una parodia de sí mismo (eh, Monja, te estoy mirando a ti). La maldición de Hill House (The Haunting of Hill House, Mike Flanagan) bebe de una tradición larguísima de casas encantadas, familias disfuncionales y visiones escalofriantes que a día de hoy sigue tan en boga como siempre. Y, si no, recordemos cómo empezó American Horror Story.
Eso ya puede llamar nuestra atención, ya que esta serie no es un producto original. Se basa en la novela homónima de Shirley Jackson publicada en 1959. Flanagan revisita el clásico y lo adapta a nuestros tiempos con mucha elegancia (y si no, preguntadle a Stephen King). Habrán pasado casi sesenta años, pero al final, los miedos no caducan y no siempre residen solo en lo sobrenatural.
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Los personajes
Cada uno de los cinco primeros episodios gira en torno a uno de los cinco hermanos de la familia Crain. Desde el principio se nos muestra que todos son fruto de lo que Hill House hizo de ellos y de lo que ellos hicieron para asimilar o enterrar sus bizarros recuerdos. Especialmente de su última noche allí, aquella en que su madre falleció y que provocó la separación de los niños con su padre.
Steven (Michiel Huisman, Daario Naharis en Game of Thrones) es el primero al que conocemos, el mayor de los cinco y el último que salió de la vieja mansión. Nos presentan a un escritor que ha conocido el éxito a costa de las historias y esperanzas de otras personas que afirmaban haber tenido contacto con espíritus del más allá. Él, profundamente escéptico de puertas para afuera, se debate en lo privado entre aceptar que Hill House quizás no era una simple casa (lo que para él equivaldría a ceder a la enfermedad mental que mató a su madre) o racionalizar las escalofriantes visiones que lleva años teniendo. ¿Su mayor éxito literario? La maldición de Hill House, o lo que su hermana Shirley siempre ha considerado una prostitución de la tragedia familiar.
Shirley (Elizabeth Reaser, Esme en la Saga Crepúsculo), la mayor de las hermanas, ha seguido adelante con su vida: tiene una familia y un negocio propio (una funeraria, cada uno que saque sus conclusiones). Su relación con los varones de la familia se ha enfriado a causa del libro, la heroína y los fantasmas (metafóricos esta vez), pero aún está en contacto con sus hermanas menores. De hecho, Theo vive en su garaje.
A Theo (Kate Siegel, secundaria de series como Castle y Entre fantasmas) la conocemos ligando en un bar, aunque quizás «cazando» sería un término más adecuado. Pronto descubrimos que los guantes forman parte de su atuendo habitual, aunque no conocemos la razón (cero spoilers, as always), y que aunque su trabajo es empatizar con las personas más indefensas (es psicóloga infantil), eso es algo que no hace con su propia familia.
Por último tenemos a los gemelos, Luke (Oliver Jackson-Cohen, de la malograda Drácula, 2013-2014) y Nell (Victoria Pedretti, a la que veremos pronto en Once Upon a Time in Hollywood, de Tarantino). Luke es un heroinómano en constante rehabilitación y Nell la hermana pequeña que todos sienten el deber de proteger porque ya ha pasado por bastantes cosas. Será precisamente ella, quien más contacto tuvo con los secretos de la casa y la misteriosa Señora del Cuello Torcido, la que reavive todos los viejos terrores y recuerdos al llamar a sus hermanos, que por un motivo u otro no conseguirán contactar con ella a tiempo. Su regreso a la casa será el desencadenante de todos los acontecimientos que llevarán a los cinco hermanos y a su padre a viajar atrás en el tiempo para enfrentarse a todos sus fantasmas (reales esta vez).
La acción
La trama es relativamente sencilla: misteriosa muerte de la madre de familia en una casa encantada. Sin embargo, La maldición de Hill House gana mucho por la profundidad de sus personajes. En pocas ocasiones las producciones de terror invierten en la evolución de los protagonistas tanto o más que en los efectos especiales. Flanagan hace justamente eso, consiguiendo que a medida que la trama avanza, el espectador se interese no solo por resolver el misterio en torno a la madre y todas las sombras de la casa, sino también por averiguar cómo se desarrollará el drama humano. El episodio donde finalmente los cinco hermanos se reúnen en una habitación con su padre es probablemente el más auténtico emocionalmente. Los sustos, por otro lado, son el regalo añadido.
En definitiva… ¿qué hago con La maldición de Hill House?
Si eres fan de las historias elaboradas, los juegos de multiperspectiva, y los saltos en el tiempo, no cabe duda de que deberías echarle un vistazo a La maldición de Hill House. Son diez episodios que duran entre 45 minutos y una hora. Te pueden arreglar fácilmente la hora de la cena durante algo más de una semana (salvo que algún fantasma putrefacto te quite el hambre, que puede pasar). Si, por otro lado, lo que buscas es gore, humor (del tipo que sea) o una historia ligera, entonces te recomendamos que busques otra serie un poco menos ambiciosa y que no se tome tan en serio a sí misma.
LA OPINIÓN DE KONG 
Te golpearás el pecho con…
– El desenlace de la Señora del Cuello Torcido.
– La magnífica tensión entre los cinco hermanos y su padre.
– La ambientación de la casa.
Te golpearás la cabeza con…
– El manido recurso de la casa encantada.
– El sentimentalismo del último episodio.