
En 2015 Downton Abbey cerró sus puertas al público. Sus espectadores dejaron atrás seis temporadas de dramáticos descubrimientos, hijos ilegítimos, muertes inesperadas y un elenco de personajes con los que había sido fácil empatizar.
Sus historias parecían haber llegado a un punto estable, quizás ahora podrían vivir tranquilos lo que les quedase. Sin embargo, tras cuatro años, esa paz ha quedado interrumpida por la llegada de unos visitantes espontáneos: Sus Majestades los Reyes de Inglaterra.
Arriba y abajo en Downton Abbey
La vida en Downton Abbey no parece haber cambiado mucho desde que los dejamos. El gran misterio de con quién acabarían casadas lady Edith (Laura Carmichael) y lady Mary (Michelle Dockery) había quedado resuelto, la gestión de la hacienda también, la paz había llegado al servicio tras la marcha de Carson (Jim Carter) y el ascenso de Barrow (Robert James-Collier), y todo parece estar manteniéndose con estable felicidad.
En general, todo apunta a que no pintamos nada mirándoles vivir unas vidas de lo más normales. Al menos, hasta que llega la carta. Chan, chan.
Y es que el Palacio de Buckingham quiere avisar a la familia de que Sus Majestades pasarán una noche en Downton durante su gira por Yorkshire. Como muy bien expresa la condesa viuda (Maggie Smith, la entrañable McGonagall de la saga Harry Potter), eso es «justo lo que faltaba».

Yo nunca discuto, yo explico
La visita de los Reyes trae nuevos personajes a la casa. En el piso de abajo nos encontraremos con nuevos sirvientes procedentes de palacio que intentan hacer suya Downton. Ante el obvio pánico de Barrow, lady Mary decide traer de vuelta al entrañable Carson.
Para defender posiciones, Anna (Joanne Froggatt) también pone en práctica un pequeño plan que permita demostrar al servicio de Downton que están perfectamente a la altura.
Por otro lado, la condesa viuda tiene que enfrentarse a la llegada de la dama de compañía de la Reina, Maud (Imelda Staunton, la desagradable Umbridge en la saga Harry Potter), prima de lord Grantham (Hugh Bonneville) con la que no mantienen buenas relaciones.

La condesa convierte en su cruzada personal conseguir que Maud reconozca a lord Grantham como su legítimo heredero, algo a lo que siempre se ha negado. A Maud la acompaña, además, su doncella, la señorita Lucy Smith (Tuppence Middleton, Riley Blue en Sense8), que despierta los intereses del siempre afable señor Branson (Allen Leech, el perverso manager de Freddie en Bohemian Rhapsody).
¿Visitamos Downton Abbey?
No daré más detalles porque destriparía el desarrollo de los acontecimientos. Sin embargo, recordad, queridos lectores, que donde hay grandes acontecimientos también hay grandes complicaciones… y esto es lo más grande que ha pasado jamás en Downton.
Por otro lado, el regreso a la casa retoma el aire frívolo de puro entretenimiento sin pretensiones que ya poseía la serie, por lo que uno puede disfrutar de las dos horas que dura la película sin miedo a salir traumatizado.
Si buscas una historia que te cambie la vida, quizás esta no sea la mejor opción. Si tan solo quieres pasar un buen rato y recrearte los ojos con paisajes, decorados y vestidos de principios de siglo, has encontrado tu película.

Te golpearás el pecho con…
- El reencuentro con la completa colección de personajes de la serie.
- El vestuario.
- La condesa viuda y el señor Molesley.
Te golpearás la cabeza con…
- La costurera, el paje real y el chef francés.
- La escasa aparición de Matthew Goode.
EL VEREDICTO

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