
Típica situación: conoces a un chico guapo, te vas con él para divertirte un rato y acabas descubriendo que no es tan majo como parecía al principio. Hoy se estrena Revenge de Coralie Fargeat, ópera prima de la francesa, que toma esta premisa y la lleva al extremo, convirtiendo la pesadilla de muchas en una especie de fantasía femenina empoderante.
Tres hombres ricos se reúnen todos los años para cazar en el desierto, pero esta vez uno de ellos, Richard, trae con él a su amante, Jen. Y los otros dos enseguida quedan fascinados por su juventud, su espontaneidad y, claro está, su culo.
Fargeat nos narra un juego frenético de intercambio de roles entre cazador y presa, que a pesar de tener una trama previsible, consigue mantenernos pegados a la pantalla gracias a sus pequeños giros inesperados, a la tensión siempre in crescendo y al manejo hichcockniano del suspense. Además está cargada de pequeños detalles que hacen que luzca en su aparente sencillez.
Por ejemplo, la historia posee una estructura circular que se sirve del espacio, desarrollándose el primer acto en el chalet, el segundo en el desierto y regresando en su clímax al chalet, que a su vez tiene un diseño circular. Dejando un mensaje muy claro: la huída no es posible, solo la confrontación.
Desde el principio, la película define su estilo exagerado y directo, pero también poético, con planos cargados de simbolismo. Desde la araña que agoniza en un charco de pis hasta el logo de una marca de cerveza en llamas evocando a un ave fénix. Todo envuelto en una estética bastante pop.
Y con sangre. Mucha sangre. De hecho se les acabó en mitad del rodaje y tuvieron que ir a por más. Así que no esperéis un material apto para aprensivos ni amantes del realismo. Curiosamente (o no), no es el gore lo que resulta más repugnante de la película.
Por su parte Matilda Lutz (Jen) borda su papel protagonista y nos brinda una perfecta heroína de acción, entre Sarah Connor y John McClane (la chica va descalza durante prácticamente toda la cinta, por si no fuese suficiente todo lo demás).
Y Kevin Janssens (Richard) nos brinda frases como ese gran “pero tú quién te has creído que eres”. Nada memorable, pero sin duda algo que les resultará familiar a las espectadoras.
Una película de acción y suspense bien construida, que cómo mínimo, nos entretendrá con su ritmo trepidante.
Te golpearás el pecho con…
– Los juegos de espacio.
– Los enfrentamientos sangrientos.
Te golpearás la cabeza…
– Si no entras en el juego de la película y acabas por tacharla de inverosímil, incluso ingenua.