
¿Sabéis cuando llegan tus padres del cine y te dicen, hemos visto una película muy bonita? Pues si te lo dicen dentro de poco probablemente vendrán de ver Dos Mujeres (Sage femme), el nuevo film del francés Martin Provost.
Claire (Catherine Frot) una matrona de un hospital a punto de cerrar, recibe la llamada de su madrastra, Beatrice (Catherine Deneuve) una femme fatale, que abandonó a su padre y a ella hace cuarenta años.
¿Lo habéis adivinado? Sí, es una dramedia. Costumbrismo, fotografía natural propia de un documental y un realismo que refleja una crudeza no apta para gente con estómago. ¿Queréis ver un parto? Pues en esta película, tenéis una oportunidad de oro, ya que los partos en los que asiste la protagonista son reales, confirmado por el director en una entrevista que publicaremos más adelante.
Si nos ponemos técnicos (¡Sí! ¡Pongámonos técnicos por favor!), la película sufre un grave caso de «acordeón de la muerte», patente en trámite. Se hace excesivamente larga y pesada en las escenas verticales, herramienta de guion para darle profundidad a los personajes y dejar respirar al espectador ralentizando el ritmo, y se vuelve evidente en las horizontales, intentando avanzar la trama con una sangrante verbalización de forma explícita por parte de los personajes, que apunta las acciones consiguientes. Es decir, traducido al lenguaje humano, se explica en palabras aquello que debería ser expresado en imágenes.
Sin embargo, esto no impide disfrutar de unos personajes principales con trasfondo, bien construidos y, por qué no decirlo, entrañables. Una elección cuidadosa, que sin duda sabe barrer en las esquinas de esta valiente historia.
Dos personajes femeninos con una fuerza tan grande, como grande es su oposición en la manera de ver la vida, rodeadas de personajes vicarios, colocados exclusivamente para sacar información de las protagonistas. Una pelea de “colosas” envuelta en la temática del perdón, el abandono y las fuerzas para seguir adelante.
Te golpearás el pecho…
– Al ver la sinergia creada entre dos de las divas del cine francés: Catherine Frot y Catherine Deneuve.
– Con el tratamiento de la realidad de una manera casi imperceptible, natural y nada forzada.
Te golpearás la cabeza…
– Con los personajes secundarios planos como un lago congelado.
– Con el desierto del segundo acto, para el cual se recomienda cantimplora.