
Llega a los cines Devotion: una historia de héroes, donde dos aviadores de la Armada estadounidense se hacen amigos durante la guerra de Corea. Dirigida por J.D. Ballard y protagonizada por Jonathan Majors y Glen Powell.
Tan cerca, tan lejos
Una pieza.
No sé qué pieza, pero sólo una. Y, entonces, esta película habría surcado los cielos y habría alcanzado las cotas más altas. Pero le falta ese ingrediente, un algo que no soy capaz de identificar.
Devotion: una historia de héroes está tan cerca, tan lejos de ser una excelente película. Todos los elementos están ahí (y algún par que sobran), pero falta una conexión entre ellos, como si en la película co-existiesen distintas cintas distintas.

Por un lado está, por supuesto, el principal problema: la propaganda. Es inescapable, está en todas partes, y cada vez más y más películas caen en ella. Por supuesto, se trata de la propaganda militarista de Estados Unidos.
En Devotion: una historia de héroes está diluida, ya que tiene más interés en contar la historia de Jesse Brown y Tom Hudner, pero existe. No puedes presentar la condecoración del ejército a una persona como un triunfo, y no ser pro-guerra.
Devotion: una historia de héroes, una película llena de temas
Por otro lado, están los racistas. Jesse Brown (Jonathan Majors) es el primer piloto negro de la Armada, y la película cuenta su participación en la guerra de Corea. Al ser los años 50, no es de extrañar que reciba racismo por activa y por pasiva.

Esto juega un papel crucial en su relación con Tom Hudner (Glen Powell), otro de los pilotos de la Armada. Y realmente la película brilla (metafóricamente, la fotografía es muy, muy oscura) en esta trama. La dinámica entre ambos personajes es lo que debería haber sido algo como Green Book. Donde no hay concesiones, no hay medias tintas en lo que significa ser antirracista.
Es fácil saber por qué esta película maneja mejor el racismo que Green Book, ya que su director, J.D. Dillard, es afroamericano. Pero ese patriotismo propagandístico arraigado en la película también llega desde él mismo, ya que Dillard es hijo de un piloto de la Armada.
Pero los temas de la película no acaban ahí.
Devotion: una historia de héroes es también una de, bueno, no lo tiene muy claro
También encontramos un estudio de personaje con Jesse Brown, un hombre que se repite en el espejo los insultos racistas que ha recibido a lo largo de su vida. El racismo internalizado que corta las alas de personas que lo sufren incluso cuando no están siendo activamente saboteados.

Y, por supuesto, el sentimiento antibélico que existe en mayor o menor medida en cualquier película sobre la guerra. Aquí no llega a través de grandilocuentes discursos ni conflictos morales, sino desde la perspectiva anticlimática de lo que significa morir luchando.
Hay muchos ingredientes desconectados entre sí en esta película, y el resultado final tiene tanto potencial que es extremadamente decepcionante cuando no consigue unirlos todos. Los momentos más potentes quedan frustrados por los más débiles.
Los defectos de la película son acentuados por sus virtudes, y el resultado final te deja tan frío como el invierno coreano de la guerra.

Te golpearás el pecho con…
- Jonathan Majors continúa ofreciendo actuaciones geniales.
- Una anticlimática muerte que evidencia la inutilidad de la guerra.
Te golpearás la cabeza con…
- La propaganda, oh, la propaganda.
- La fotografía es tan oscura que no reconocerás a Joe Jonas en el reparto.
EL VEREDICTO

No tienes por qué contentarte con sólo una opción de película. Tenemos otras críticas que pueden ser de interés, como la de Una boda explosiva.